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  • Quo vadis, mundi?

    Quo vadis, mundi?

    A donde te vas pequeña azul ¿Por que no me llevas contigo? O mejor dicho ¿Por que no nos llevas contigo? Hemos hecho males en tu interior, pero muy por dentro sigues siendo fuego eterno, fuego vivo que corre dentro, muy dentro, como sangre indiferente. Asi eres tu, fuerte incluso en las adversidades nuestras, en nuestra codicia extrema, en nuestros males internos; porque no somos tu, tierra, somos gente con problemas, gente insegura, seres que viven sin saber en que rumbo estar, encerrados en un espacio que nos parece tan grande pero a la vez tan pequeño como es tu misericordioso ser, que podemos hacer acaso… Acaso ¿podremos ser felices? ¿Felices con nuestra naturaleza «duda-nte» siempre? Quisiera que me dijeras la verdad pequeña, que nuestra existencia es un mero accidente fortuito, que solo estamos aquí porque en algún punto fuimos los hijos malcriados del destino, que cuando miramos por enecima ves el «mástil de hueso» pero con esos ojos distintos, nos hicimos como quisimos y nos olvidamos del resto, quisimos ser mas, y al ser mas nos pasan tantas cosas, cuando nos dimos cuenta que podíamos pensar, tal vez nos dimos cuenta que podíamos dudar… que podíamos «ver» mas aya de lo instintivo, que podíamos expresar y ordenar… que podíamos sentir, ¿o acaso nos hicimos humanos tierra, solo por capricho? No nos ha hecho humano solamente razonar, sino sentir, sentir lo que vemos y lo que no vemos, lo que olemos y lo que percibimos, amamos, odiamos, lloramos pero creamos. Y en ello nos alimentamos, pero también, morimos.

  • Perros y Corderos – Capitulo 1

    Hombres.

    Cada uno guarda el secreto de su ser hondamente dentro de sí. Donde sienten, donde aman y odian, donde pueden volar largamente como paloma al viento cual flauta sonante entre las hojas otoñales. Sueños que no perecen jamás en la imaginaria colectiva y crecen como montículos de colores cálidos y se mantienen tenuemente en la eternidad de la historia de cada uno, en la boca de la herencia, en la suma de todos los secretos que como es común, naufraga entre el mar de otros secretos perdidos entre el anonimato. La historia olvida, pero no perdona.

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  • Dignidad terminal, cap 2

    #EnsayoSobreLaLocura

    2
    Al dia siguiende cien mil personas se reunieron en la plaza principal rodeados del aire gricesaseo urbano y el frio de la estación. Seres humanos que esperan pacientemente el mitin mientras la atmosférica melancolía les penetra las conciencias sin reflexionarlo mucho “¿Por qué estamos aquí?” “Por la libertad” se responden a sí mismos.
    Detrás de la tarima a Lampage  le notifican la asistencia de cien mil personas. Observa a todos sus colaboradores con asombro, sin musitar palabra alguna y mirando las cortinas que lo separan de la tarima principal, separándolo a su vez de los ciudadanos que confiaran en sus ideas de libertad. “¿Qué es la libertad?” se pregunta a si miso Lampage antes de dar el primer paso para comprender  mejor sus ideas debe seguir y cortejarlas a la marcha; Lampage sale y los aplausos no se hacen esperar, el aire grisáceo solo se ve alterado por lo colore rojos del partido y la melancolía se transforma en una especie de esperanza existencial apenas visible en los rojos de las banderas ondeantes del partido laborista de Lampage.

    -¡Ciudadanos, hoy será un día histórico! Hoy se marca el inicio de una batalla contra el viejo mundo tiranico que decide la manera en la que todos deben vivir. Este mundo representado por hombres de negocio de poca fé, hombres que supuestamente actúan bajo el mando de ella, hombres que solo piensan que nosotros somos materia prima para cumplir sus intereses ¡Hoy es el dia en que les dejamos en claro que aquella dictadura obre la vida ajena tendrá fin! –Todos aplauden al unisonó, Lampage continua- Aquellos hombres que juraron mantener nuestra libertad e intereses como ciudadano, bajo la promesa de que no impondrán ninguna de sus agendas nefastas y desfasadas en el tiempo, vienen ahora con su discurso de “amantes de la vida” para justificar sus creencias de que pueden decidir por los demás lo que es bueno o lo que es malo, como si ellos fueran los portadores de la realidad, pues ¡Ese pontificado nefasto sobre nuestra sociedad se acaba hoy! –La gente aplaude enérgicamente, gritando el nombre de Lampage presidente llevados por la emoción del momento- Yo se que mucho quieren verme allá arriba, donde se que protegeríamos los intereses de todos, y tengo que recalcar esto ¡Los intereses de todos! No solo de los hombres que eligen vivir de manera digna (que es un derecho de todos) sino también la manera de terminarla con dignidad, por ello la “Dignidad Terminal” es tan importante, porque es el derecho que el hombre adquiere sobre su vida ¡y es un derecho inviolable!
    Suena los aplausos desaforados del público, ignorando el cansancio de sus piernas y la fría lluvia inclemente que recién surge, Lampage continua sobre la tarima, expuesto a la lluvia como todos, con apenas un saco para lluvia puesto y una mirada expectante, buscando en su mente un pedazo le lucidez restante y una preparación mental para lo que él sabe que es su siguiente paso, en su corazón siente la presión de lo que significa aquel pensamiento que se le escapa del consciente: “he estado esperando este momento, y heme aquí, el momento ha llegado.
    – Pero no seria democrático de mi parte exigir tal papel en estos momento, me conformo con ser servidor y portavoz de su pueblo… Ciudadanos ¡Es hora ciudadanos, de que tomemos las riendas de nuestra sociedad (porque es nuestra, construida en la base de nuestros sueños y acciones) y juntos, en una marcha multitudinaria y crítica, vayamos al palacio de gobierno a RECLAMAR NUESTROS DERECHOS!

    Mientras las cámaras graban el publico perdiéndose entre aplausos y gritos exaltando a Lampage mientras baja de la tarima para empezar la marcha, el Presidente observa todo desde su televisión sin saber que pensar sobre todo lo que acaba de escuchar y observar. Piensa que cien mil no serán mucho ruido pero que afectara gravemente su imagen pública.

    – La gente no le prestara atención Sr Presidente.
    – Eso es lo que tú crees Maximiliam, el problema es lo suceptible que pueden ser las personas a un discurso como este.
    – ¿Usted cree que es asi?
    – Si te digo a ti Maximiliam, que por razones digamos “lógicas” te prohíbo que comas pescado crudo ¿sentirás que te hago un bien aun cuando ni te gusta el pescado crudo?
    – No entiendo lo que quiere decirme señor.

    El presidente siente que le exige demasiada comprensión a una persona como Maxilimiam y se pregunta cómo puede aun ser cercano a un “sociópata” de ese tipo. El pequeño pero incomodo silencio es interrumpido por la secretaria quien le informa que dentro de poco llegara la marcha, ni el Presidente, ni Maximiliam se inmutan del todo, el Presidente agradece y decide continuar.

    – Lo más probable es que te preguntes que más te he de prohibir, la rebeldía surge Maximiliam cuando le quitas al hombre la posibilidad de algo, aun cuando no la use de ningún modo.
    – ¿Entonces para que prohibirles la “dignidad terminal”? – Pregunta Maximiliam con un tono pretencioso.

    El Presidente lo observa con una melancólica indignación, Maximiliam ansioso mira hacia el piso. El Presidente solo puede pensar en su nieta y en su constante necesidad de morir, aun cuando su vida haya sido digna y el prometedor futuro que tendría. Luego recuerda las miles de familias enlutadas que han perdido a sus familiares por razones a veces irracionales y caprichosas, las vidas sesgadas que mucho han podido hacer y descubrir de no ser porque jamás se les cuestión su decisión de morir “dignamente».

    – A veces Maximiliam, por el bien de los ciudadanos… no, de la especie humana en general, es bueno remover los medios para su autodestrucción.

    Maximiliam solo piensa en los valores que ha aprendido de niño, valores que jamás comprendió pero en los que cree porque sus padres creían firmemente en ellos a pesar de sus inestabilidades, era lo único estable que tenia a la mano y se refugió en ello. Todo ello le sonaba a una locura, para él la gente no tenía derecho a decidir en absolutamente en nada porque la gente era dañina, sobre todo para sí misma. Después de recordar a sus “fariseicos” padre, interrumpe sus ejercicios de “comprensión” para escuchar el ruido producido por una marcha reclamante de sus derechos. Efectivamente Lampage había llegado.

    -¡SEÑOR PRESIDENTE! -Gritaba Lampage con un megáfono mientras levantaba los folios donde eatan escritos el reclamo formal y las evidencias del “fraude”- ¡AQUÍ ESTA EL PUEBLO QUE TE HA “ELEGIDO”, UN PUEBLO QUE RECLAMA SU LIBERTAD Y DERECHO A DECIDIR LIBREMENTE SOBRE SU FUTURO!

    El Presidente observa a Lampage por la ventana de su oficina mientras Maximiliam baja para ordenar al ministro de defensa que las fuerzas del orden cerquen rápidamente el palacio de gobierno.

    – ¡PRESIDENTE! ¡¿CÓMO SE ATREVE A COMETER UN FRAUDE A QUIENES AUN SIENDO SUS OPOSITORES HAN ACTUADO CON BUENA VOLUNTAD PARA GOBERNAR CON USTED, OBEDECIENDO LA SOBERANA VOLUNTAD DE NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS?! –La gente exaltada grita y aplaude a Lampage, este continúa con su discurso- ¡Este pueblo reclama el derecho SOBERANO sobre el devenir de la nación y usted MACHACO LA DEMOCRACIA CON SUS ACCIONES FRAUDULENTAS Y A TRAICIONADO LA CONFANZA DE SU PUEBLO! ¿Por qué vendió la confianza que el pueblo sentía por usted Presidente? ¡LA HA VENDIDO PARA DEFENDER LOS INTERESES DE LOS BURGUESES CAPITALISTAS! ¡PERO EN ESTE PUEBLO TODOS SOMOS PERSONAS CON DERECHOS, SERES HUMANOS SR PRESIDENTE, NO MERCANCIA!
    Las fuerzas de seguridad rodean el palacio mientras Lampage pronunciaba su discurso. En ello Maximiliam baja junto con el ministro de defensa y el vicepresidente para recibir los reclamos de Lampage, pero este observando a Maximiliam, intuye que hay una mala intención detrás del porque sera Maximiliam quien reciba el documento.

    – No puedo creer que el presidente decidiera enviar a su perro faldero.
    – En primer lugar Lampage, no me faltes el respeto. Y en segunda el Sr Presidente esta consternado con esta situación. El es un hombre sensible y ver como esto está ocurriendo, como pones a su gente en contra le ha traído muy mal.
    – ¿Para qué es “presidente” entonces si no puede aguantar que el pueblo se indigne por un fraude que el cometió?
    – Lampage, ambos sabemos que esto no fue por fraude sino que al igual que los amiguitos tuyos de tu partido, solo hacen esta máquina de muerte para las próximas elecciones.
    – Maximiliam, vamos ¿Cuándo me ha importado ser presidente de la república? Mi partido y yo no somos como ustedes, unos muertos de hambre que solo buscan poder a toda costa, no somos medievalistas como ustedes ¿Y crees que no hubo fraude? – Lampage observa a los manifestantes mientras levanta con sus manos los folios mientras grita – ¡AQUÍ ESTA LA PRUEBA DE SU FRAUDE!- La gente aplaude.
    – Senador, no hubo fraude, sus compañeros y usted no llegaron temprano…
    – ¡Porque no nos habían informado de nada!
    – Si les informamos pero por lo que veo no se tomaron en serio la reunión de senadores. Ahora permítame los folios por favor.

    Lampage retrocede exigiendole a Maximiliam que el Presidente sea quien  personalmente los reciba. Maximiliam no entiende porque si es indiferente quien reciba los folios y en todo caso puede que el presidente haga caso omiso. Pero Lampage aun cuando está en el bando contrario, siente respeto por el Presidente, el suficiente como para hacerle un reclamo personal y entregarle el documento y no llevarlo a instancias mayores como el tribunal supremo y el electoral. La indignación de Lampage por el atrevimiento de Maximiliam de querer recibir los documentos que traía en manos, hizo que sus planes cambiaran un poco.
    Ordeno a los manifestantes penetrar el cordón de seguridad y entrar a la fuerza en el palacio de gobierno para tomarlo hasta que el presidente mismo se digne a recibir los folios con las denuncias de fraude. Pero tanto Maximilam como el vicepresidente dieron la orden sofocar la inventiva de tomar el palacio. Los perdigones salían volando, golpeando las cabezas y abdómenes de los manifestantes que corrían hacia ellos (y huían posteriormente) para luego, entre cachiporras y bombas lacrimógenas sofocaran tanto los manifestantes rebeldes que se arrojaban a sus escudos y golpeaban sus cascos, como los de lejos que sin comprender claramente lo que ocurre, empujaban a quienes tenían en frente. Entre los gritos de miedo e ira que bramaban los manifestantes, con Lampage tratando de soltarse de los cuerpos de seguridad que trataban de arrestrarlo y Maximiliam, el vicepresidente, y el ministro de defensa –guiñando un ojo al jefe de antimotines- entrando tranquilamente al palacio, el Presidente apreciaba con horror la indiferencia y las bombas lacrimógenas que llegaba a quienes consideraban que era su gente, su pueblo (porque era presidente de todos sin importar que) junto a la percusión generada por las detonaciones de perdigones y lanza granadas.
    Por primera vez en mucho tiempo el presidente fue corriendo hasta la entrada, a toda velocidad a pesar de su salud para parar lo que en su conciencia era el horror, pero antes de llegar, se escucharon los alaridos de un pueblo aterrado y enfurecido.

    Las fuerzas policiales habían asesinado a alguien.

  • Dignidad terminal, cap 1

    #EnsayoSobreLaLocura


    – ¿Sera posible?
    – No lo creo señor presidente… deben estar mal los indicadores del censo ¿como puede ser posible que nuestra población sea tan baja?
    – Y descendiendo… -musitaba el presidente.
    – Vamos señor Presidente, debe haber un motivo por el cual esto sea así… ¿Tal vez sea que la gente no esté interesada en tener hijos? ya sabes lo egoístas que son estos adultos de hoy en día -el asistente lanza una mirada de complicidad al Presidente.
    – No… Por increíble que parezca no es eso solamente ¿no tendrá que ver la ley aprobada por el senado hace algún tiempo?
    – ¿Se refiere a la ley de «dignidad terminal»?
    – ¡Esa ley! he escuchado que la taza de muertes asistidas a subido a una proporción de 10 muertes por cada 4 nacimientos.
    – Dios mío Sr. Presidente ¡Usted me debe estar jodiendo!¡¿Cada 10 muertes por…
    – ¡Lenguaje Sr Maximilam! -Interrumpe el Presidente, increpando luego la obscenidad- ¿Cómo se atreve a utilizar esa expresión en mi presencia?
    – no se haga Sr presidente -el presidente lo observa irritado, insinuando que aquel no era el momento oportuno para familiaridades- Bueno, lo lamento Señor… pero ¿¡Como van a ser esos números reales!? ¡Es absurdo!
    – Lo son pero ¿qué puedo decirle yo? Supongo que la gente está desilusionada con la vida y el futuro.
    – …
    – Puedo entender su discrepancia Maximiliam, pero no hace falta hablar sobre los pronósticos de la salud y el cambio climático que al parecer nos espera.
    – ¿Y no que la ciencia solucionaría eso?
    – Y lo hará Sr Maximiliam, pero en el proceso unos cuantos sufrirán mientras las soluciones se encuentren…
    – y se hagan accesibles.
    – exacto.
    – ¿y qué hacemos ahora Sr presidente?
    – repetir el censo.

    El censo se repitió en la nación a mediados de Octubre, arrojando los mismos resultados poco alentadores: morían mas de los que nacen, siendo la mayoría jóvenes en edad laboral. Aquello tocaba la fibra moral y (supongamos que aún le quedaba un poco) la fibra religiosa que envolvía su figura ya envejecida. El era de una generación de que sin importar las desgracias, el hombre no se resignaba a la vorágine de la muerte al menos que algo dentro de su cabeza no estuviera bien, pero ahora las cosas habían cambiado un poco. El mundo que él conoció la vida era una noción “obligada”, la muerte era un asunto espinoso y prohibido… ¡y ni hablar del suicidio o el mero deseo de morir! Sin embargo, la nueva ley aprobada por una mayoría simple por el senado logro institucionalizar la llamada “dignidad terminal”: aunque es un término lamentablemente ambiguo e incluso mal interpretable, el mismo da a entender que la muerte (al igual que la vida) es un derecho sacramental del hombre. Por lo cual debe haber una garantía para que las personas que deseen morir (sin importar que) puedan hacerlo sin ningún tipo de problemas, en zonas especialmente preparadas por los diferentes municipios autónomos.

    Sea como sea, el presidente al ver los resultados sentía dentro de su corazón el mal sabor, su otrora vida religiosa le recordaba el “valor de la vida”, y al mismo tiempo sentía que el fracaso de su gobierno era el resultado por lo cual la vida –de cierta forma- perdiera valor para sus ciudadanos ¿Qué había hecho mal en su gobierno? Se le escapaba de las manos asuntos complicados y personales de cada quien, he incluso asuntos triviales, pero no podemos culparlo por sus preocupaciones, más que preocupados por asuntos de electorado  estaba preocupado paternalmente por su pueblo (cosa que sus compañeros de trabajo y de partido no comprendían). El presidente pensaba también en su nieta de 19 años, con depresión comprobada y aunque con una vida plena y dichosa, difícilmente podían convencerla del valor intrínseco de la vida, incluso de su vida personal que a diferencia de otras era una vida privilegiada (muchos pueden dar garantía de ello). Sin embargo entre la existencia y el letargo romántico con el que coqueteaba a la muerte, sus padres sentían que difícilmente podrían convencerla. Ya estaba en tratamiento con antidepresivos, citas con el psicólogo y citas con el psiquiatra. El hijo del presidente le comento que lo mejor –de fallar todos los métodos-  era llevar a su hija a esos lugares donde podrían darle una “muerte digna” en vez de vivir con el temor de conseguir a su hija  en una bañera desnuda (ya sea cortada, electrocutada o “dormida” por sobredosis de antidepresivos) o colgada con alguna toalla en el patio. “Sé que es una mierda papá ¿Pero qué puedo hacer yo como padre? Yo la amo pero ella parece no mejorar… y para encontrarla en una situación terrible y bochornosa prefiero…” “¿No sería más correcto hijo mío intentar hasta desfallecer? Ella es una chica llena de talentos y oportunidades, es una pena que alguien así se pierda de la vida Hijo mío” “Lo sé papá… Pero es lo mejor para ella de seguir las cosas así.” El viejo pensaba hablarle de Dios pero el mismo se había desilusionado de la idea, no fuera que le respondiera de mala manera aquella proposición o que de plano se decepcionara de no encontrar resultados y seguir igual. Por algo el presidente había dejado de ser religioso o creyente en general, la decepción del silencio sepulcral. Pero algo dentro de él seguía latiendo por la vida.

    Los números bajaban y las marcas de la muerte se notaban en la población, no solo en la cantidad de luto (y por ende más muertes dignas)que permeaban la población de cierta melancolía resultando indiferente para quienes encuentran estos hechos como algo pasajero hasta que se “normalice” la tendencia y la gente del futuro comprenda mejor la situación. Sino que era notorio en las calles, ya no había tantos transeúntes recorriendo la ciudad y todo lo que pueda albergar, ya no había tanto tráfico sí, pero la gente sentía que eran por causas “poco positivas”. Quienes lo estaban pasando peor eran los comerciantes y empresarios, que ven sus ventas mermadas precisamente por la falta de consumidores por razones obvias, y la falta de mano de obra especializada u obrera para realizar trabajos; Todo el gremio empresarial, de grandes y pequeñas empresas se reunieron con el señor presidente para encarar el asunto. Que el señor presidente se percatara de la hipocresía de las corporaciones en solucionar el asunto, como si las personas para ellos solo fueran productos y peones no impedía ver la gravedad objetiva de lo que sucedía. Conversando con el empresariado y comerciantes en general decidió utilizar sus influencias para llevar a cabo la derogación de la ley de “dignidad terminal”.
    El presidente convoco una reunión con el senado, llegaron primero quienes eran afines a su partido junto con los partidos que eran más afines a las empresas y el comercio. Quedando en el momento de iniciar la sesión unos cuantos rezagados del resto de los partidos, quienes en su mayoría además de ser de oposición al gobierno de turno, eran quienes prepararon y aprobaron (junto con otros senadores de los partidos “empresariales”) la ley de “dignidad terminal”. Aunque se respiraba un aura informal, de saboteo y cierta corrupción demagógica de parte del gobierno, se logro después de horas de sesión, escuchando todas las partes, y manteniendo el resto de los senadores de los partidos opositores fuera del senado, aprobar por mayoría simple la derogación de la ley “dignidad terminal” causando un gran revuelo entre la población que podía ver en vivo (y en línea) aquella amalgama absurda de lemas y argumentos incomprensibles, como a veces inconsistentes de ambas partes. Lo único que podían entender de toda aquella tertulia paródica, era que el presidente, además de haber cometido cierto fraude (que posteriormente el tribunal supremo de justicia, que no era a fin del gobierno determinaría que aquello fue legal y no habían pruebas de fraude), el presidente les había quitado (a todos) un derecho que de cierta forma sentía que pisoteaba su libertad.
    Esto lo supo aprovechar bien el líder del partido laborista, quien no pudo asistir a tiempo al veto de ley para impedir que tal cosa sucediera. Uno de los noticieros más importantes acepto el ofrecimiento que el senador les había hecho para ser entrevistado y dar su punto de vista y realizar un anuncio.

    – ¿Podría decirme señor Lampage, cual es su opinión de lo sucedido hoy en la mañana?

    – En primer lugar gracias por permitirme este espacio. Y en segunda, creo que lo ocurrido hoy fue un fraude muy fuerte a la ciudadanía y su derecho a elegir hasta que momento debe durar su vida, esto genera un gran malestar a la ciudadanía y es un grave ataque a la libertad de las personas.

    – Pero señor Lampage, el problema con la ley de “Dignidad terminal” eran que muchas vidas, incluso vidas normales sin ningún tipo de sufrimiento o motivo por los cuales terminar con su vida, incluso terminaban con ellas por motivos irrisorios ¿No sería mejor acabar con la ley ya que vimos que la ciudadanía incurre a abusar tales derechos y muchos terminan con sus vidas, tal vez incluso sin su consentimiento?

    – Permítame decirle algo: si vamos a hablar de abusos, las personas “abusan” con cualquier cosa. Desde las drogas y el alcohol, pasando por las fiestas, e incluso cosas simples como la comida. Son elementos donde el ser humano puede aprovecharse de las libertades que se les ha dado como ciudadanos, y no vemos por ejemplo que el gobierno prohíba las licorerías o el ingerir alcohol en general solo porque hay gente que se pasa e incluso llegan a matar a otros.

    – Pero hay una gran diferencia entre el alcohol y la muerte asistida, un alcohólico puede arrepentirse y rehabilitarse por completo pero ¿Cómo puede un muerto retractarse? ¿Acaso los muertos vuelven a la vida?

    – Pero hay algo en común: El hecho de que son libres de elegir. Las personas alcohólicas eligen ser alcohólicas, no hay nadie que les diga que se excedan con la bebida, ellos mismos se exceden y eso obviamente trae consecuencias. Si la sociedad no condena del todo esos abusos y el gobierno no ha hecho nada para detener algo que repercutan directamente a la sociedad, es porque prohibirlo significaría vulnerar la libertad de los ciudadanos e incluso las suyas propias solo porque unos “cuantos” (que son muchos hay que admitir) abusan de esta libertad que se les ha dado.

    – ¿Me está diciendo entonces senador, que esta derogación de la “dignidad terminal” es una forma de vulnerar el derecho y la libertad de las personas?

    – Si, su derecho a vivir, de cómo vivir y cuando esta debería llegar a su fin. Estos “abusos” de libertad que usted llamo antes, en realidad no es “tal” abuso  ya que las personas firman un contrato asegurando que ellos en si desean terminar con sus vidas dignamente.

    – ¿Pero eso impide que alguien pueda firmar por otro u obligarlo a que firme?

    -El sistema no es infalible pero creo que desde la aprobacion de la ley hace algunos años no ha existido ningún caso de ese tipo, todo ha sido consensuado.

    –  Hasta donde sabemos Señor Lampage…

    – … Y hasta donde sabemos –señorita- que el gobierno no nos ha engañado otras veces. Esta derogación y la forma en que fue hecha, solo demuestra lo lamentable, falas y dictatorial que es este gobierno que recurre a prácticas anti éticas para derogar esta ley ¿Te imaginas cuantas veces lo habrán hecho? El gobierno no está ofreciendo ninguna garantía de mantenerse al  margen de las decisiones legítimas de sus ciudadanos.

    – El gobierno en un comunicado de prensa, alego que sus razones para tal solicitud fueron los índices del censo que mostro una alta mortalidad comparada con los nacimientos, con 4 nacimientos por cada 10 muertes, lo cual implica que la población adulta desciende más rápido que la población naciente y que aun no tiene ningún tipo de formación.

    -En primera, son 2 nacimientos por cada 10 muertes, no sé de dónde saca su información la oficina de censo.

    – Eso no mejora en nada el predicamento a cual el gobierno se está refiriendo, senador.

    – Permiteme continuar: en segunda, el gobierno habla de “ello” es por los índices económicos y las quejas de los grandes empresarios por el bajo consumo de productos y servicios como también por una supuesta “baja” de mano de obra especializada u obrera, para trabajar en las compañías. Y este “predicamento” no hace mas valido el fraude, sino que valida más su siniestra ejecución.

    -Explíquese señor senador, ya que se nos está terminando el tiempo.

    – A eso voy, estos empresarios burgueses que representan esa parte nefasta y arcaica del capitalismo antiguo y vejete de las generaciones anteriores, solo ven a las personas como objetos de consumo, como materia prima para realizar labores con salarios pesimos, nefastos ambientes laborales y precios exorbitantes para los productos que ellos mismos manufacturan para unos pocos privilegiados y a costa del ciudadano promedio. Ellos no les importa la “vida”, les da igual si la gente muere, de hecho si fuera por ellos esta ley fuera perfecta para eliminar lo que ellos podrían denominar “prole” o “escoria”.

    – ¿Y eso entonces no seria negativo para su argumento señor Lampage? – interrumpe la entrevistadora.

    -¡Claro que no! La visión es distinta, nosotros ofrecemos libertad, no propiciar escenarios, como ellos hacen con sus acciones nefastas para con el ciudadano. Ellos tal vez sean la motivación para que tales índices mortales “suban” tanto, no la ley en sí. Este gobierno a demostrado que no trabaja para el pueblo como aseguro el presidente en su discurso sino que le sirve a los grandes poderes…

    – Ya se nos acaba el tiempo señor Senador.

    – Permítame decirle algo antes de terminar, es un anuncio, para eso le solicite la entrevista.

    –  Adelante.

    –  Ciudadanos, es momento de que nos levantemos y denunciemos los graves excesos que el gobierno ha cometido con el pueblo, es hora de que despertemos y nos demos cuenta que este gobierno y su “presidente” solo busca atentar con nuestra libertad, así que convoco a una marcha mañana al medio día de manera indefinida hasta que sea levantado el veto. Gracias y que tengan una excelente noche.

    – Esto ha sido todo por hoy, los esperamos mañana en la edición matutina, buenas noches.

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